Parada
Todos los días eran una versión ampliada del anterior; El andaba con paso ligero camino de su trabajo, sin pararse a contemplar nada con demasiado detalle, como si aquello recortara de alguna forma el tiempo o la distancia y aquel día, absorto en un desvanecido pensamiento freno en seco. ¿Qué pasaba? ¿Algo no funcionaba bien?, retrocedió un paso o dos, pensado que algo se le había olvidado.
¿Que echaba en falta? Se toco los bolsillos tanteando las llaves, la cartera y el móvil, aceleró un poco mas el paso mientras deshacía algo más del camino, y entonces al llegar a una parada de autobús se dio cuenta, como una relevación repentina, la imagen de la chica de la parada del autobús le llegó, en su posición de siempre, apoyada en una esquina con un libro en sus manos y su mirada absorta entre las líneas.
Pero aquel día aquella esquina estaba vacía, y en su lugar una fuente de imágenes le sacudieron, aquella chica en decenas de imágenes, salpicada por la brusquedad cromática del otoño, su rostro iluminado bajo la deslumbrante mañana de verano, su nariz colorada en el frió invierno, y sus reflejo distante sobre los charcos de la primavera.
Cuando uno da un giro a su vida se puede encontrar que a la vuelta sigue estando uno mismo. Eso sí, de tantos giros y mas giros me voy a acabar mareando, quizás por eso hace falta algún punto de anclaje que sirva de referencia, para no perder la perspectiva o para que al menos te los lleves contigo cuando mas desorientado estés.
Los míos han resultado ser sobre todo mis amigos y para ellos va dedicado mi post de hoy, como se dice: los gestos de agradecimiento son tan sencillos y fáciles, que es una pena no tenerlos más a menudo, ¿verdad?
2 comentarios
Isthar -
Sobre los giros de la vida y los amigos ya hablamos el otro día ;)
Un abrazo muy fuerte, Micro
Brisa -
Muchos besitos amigo.
Por cierto, no he podido escuchar la canción :((